El dolor en mi cabeza es punzante. No logro ver casi nada con tan poca luz; este olor me evoca a un sótano húmedo y lúgubre.

¿Por qué mis manos tiemblan de esta manera?

Cada segundo que pasa, me hago cientos de preguntas, y aún sigo
sin entender cómo llegué a este lugar. Mi respiración se vuelve más rápida y pesada con cada bocanada de aire. Luchar contra el pánico se convierte en mi única prioridad, aunque mi corazón late desbocamente.

Poco a poco mis ojos se van acostumbrando a la poca luz, rebelándome paredes de concreto desnudas y frías, que me abrazan en este lugar inhóspito. No quiero mirar a ningún lado, Las sombras de algunos objetos, proyectan figuras distorsionadas que me sumen aún más en la inquietud.

Recuerdo flashes de una puerta cerrándose con un sonido sordo, dejándome atrapado en esta oscura prisión. ¿Cómo llegué a este lugar sombrío? Mi memoria es difusa, como si fueran fragmentos de un sueño aterrador.

Intento recobrar la cordura, pero el entorno es inquietante y alimenta mi ansiedad. Cierro los ojos con fuerza, buscando una explicación lógica. ¿Secuestro? ¿Experimento? Las posibilidades se aglomeran en mi mente, cada una más aterradora que la anterior.

Cada que recupero la compostura y estoy más calmado, camino por la habitación, pero cada esquina me lleva a la misma conclusión... voy a morir aquí... La opresión del espacio cerrado se intensifica, como si las paredes mismas conspiraran para sofocarme.

De repente, un susurro inquietante resuena en la penumbra. Mis oídos captan murmullos indescifrables, como voces susurrando secretos oscuros. Mi primer miedo ahora se mezcla con la paranoia, creando una amalgama de terror indescriptible.

Las sombras danzan a mi alrededor, jugando con mi mente y distorsionando mi percepción. ¿Son las paredes que se ciernen sobre mí o simplemente mis propios miedos materializándose?

La realidad se desdibuja, y me sumerjo aún más en esta pesadilla. Cada paso que doy parece llevarme más profundo en la oscuridad, sin esperanza de encontrar una salida. El dolor en mi cabeza se intensifica, y el pulso desbocado de mi corazón se convierte en el único sonido en medio de la opresiva quietud.

The pain in my head is stabbing. I can hardly see anything in the dim light; this smell reminds me of a dank, dreary cellar.

Why are my hands shaking like this?

Every second that passes, I ask myself hundreds of questions, and I still don't understand how I got to this place.
I still don't understand how I got to this place. My breathing becomes faster and heavier with every breath of air. Fighting panic becomes my only priority, even though my heart is beating wildly.

Little by little my eyes become accustomed to the dim light, revealing to me bare, cold concrete walls that embrace me in this inhospitable place. I do not want to look anywhere, the shadows of some objects, project distorted figures that plunge me even more in the restlessness.

I remember flashes of a door closing with a dull sound, leaving me trapped in this dark prison. How did I get to this gloomy place? My memory is fuzzy, like fragments of a terrifying dream.

I try to regain my composure, but the surroundings are unsettling and fuel my anxiety. I close my eyes tightly, searching for a logical explanation. Kidnapping? Experiment? Possibilities crowd my mind, each one more terrifying than the last.

Each time I regain my composure and become calmer, I pace the room, but each corner leads me to the same conclusion... I'm going to die here.... The oppression of the enclosed space intensifies, as if the walls themselves are conspiring to suffocate me.

Suddenly, a haunting whisper echoes in the gloom. My ears pick up indecipherable murmurs, like voices whispering dark secrets. My first fear now mixes with paranoia, creating an amalgam of indescribable terror.

Shadows dance around me, playing with my mind and distorting my perception. Is it the walls looming over me or simply my own fears materializing?

Reality blurs, and I plunge further into this nightmare. Every step I take seems to take me deeper into darkness, with no hope of finding a way out. The pain in my head intensifies, and the raging pulse of my heart becomes the only sound amidst the oppressive stillness.