Descubriendo nuestro yo a través de los demás
Una de las tantas cosas que me gusta de esta comunidad es que no sólo se trata de publicar sobre cualquier cosa, sino que hay una invitación constante al autoanálisis, y eso,
nos lleva a conocernos mejor, y en última instancia a que, con el paso del tiempo, podamos ser y sentirnos mejor con nosotros mismos.
La usuaria @damarysvibra nos invita a hacer una introspección a partir de lo que sentimos o pensamos cuando vemos una actitud determinada en otros, por ello, vengo a participar en la iniciativa "Interpretándome a partir del otro".
Si hay algo que suele ser complejo es el autoanálisis, porque solemos ser muy subjetivos en este aspecto, y lo ideal es ser objetivo, para poder ver adecuadamente, los más sin prejuicios posible para accionar posteriormente con correctivos. Lograr esto parece una tarea titánica a veces, porque implica asumir que, muy probablemente, hemos actuado de maneras inadecuadas, que nos hemos sentido mal por algo y no queremos revivirlo, y en resumidas cuentas implica aceptar nuestra condición de defectuosos.
En lo personal, debo decir que antes era yo muy rabioso, muy de ponerme de mal humor fácilmente, hablo de cuando era adolescente sobre todo, y recientemente me ha correspondido trabajar con una persona (adulto ya) que me hizo recordar mi yo rabioso. Y debo decir que fue muy incómodo trabajar con una versión mía adolescente, por llamarlo de alguna manera.
Esto me hizo reflexionar mucho al respecto, porque fue algo que me dijeron en su momento, hace años ya. Que había personas que no querían hacer trabajos del liceo conmigo por ese carácter que tenía, fue pasado un tiempo, ya cerca de los 20 años, cuando tomé cartas en el asunto y decidí cambiar algunas cosas en mí, y empezó por un proceso de analizar qué era lo que me molestaba y me hacía tener esa mal carácter.
Compartir con esta persona que era como yo en mi adolescencia me sirvió no sólo para recordar, sino para pensar en que siempre debemos estar atentos a lo que hacemos y decimos, porque, nos guste o no, vivimos en sociedad, y cualquier acción que hagamos o dejemos de hacer tendrá repercusiones.
Y siempre vale la pena tomar conciencia de nosotros mismos y de la manera de comportarnos, de cómo hacemos sentir a otros y de cómo nos sentimos al hacer algo en particular. Vale la pena cambiar a mejor, cuando esto ocurre, suele pasar que la gente a nuestro alrededor lo nota, y también hará cambios en la manera en la que nos trata, y parte del hecho de que cambia la manera en la que nos percibe y cómo se siente interactuando con nosotros.
Al contrario de lo que pudieran pensar, no me incomodo relacionarme con ese yo adolescente, porque me recordó que todos podemos cambiar si así lo queremos. Interactuar con esta persona me hizo sentir bien, porque pienso y siento que he tenido un gran avance en muchos aspectos, y sigo trabajando en ello, y confrontar con personas que me hagan pensar en cómo era, me lleva a decirme que debo mantenerme crítico y autoanalizarme, porque lo mejor es mantenerse en mejoramiento constante, y eso podemos hacerlo no sólo si vemos nuestro desarrollo sino analizando lo que sentimos al interactuar con otros, todo depende del enfoque, de lo que queremos, de lo que buscamos.
Mi invitación es a que siempre estemos en el presente, que disfrutemos del momento pero que no dejemos de atender a esos llamados de alerta que se despiertan cuando interactuamos con otras personas, no siempre tiene que ver con nosotros, sino con cómo nos sentimos cuando estamos con otra persona. Que tengan un bonito día.
Hermosa reflexión, el autoanálisis es de vital importancia para el crecimiento personal. Saludos